domingo, 6 de marzo de 2016

Llámame reformista si quieres... II

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En mi publicación anterior me referí a la necesidad de cambios económicos en Cuba de forma inminente cómo única posibilidad de aliviar la situación de la familias cubanas, es posible que a muchos esto le parezca poco, insuficiente  o simplemente una manifestación de tibieza, para mí es la punta del hilo que conduzca a todo el pueblo hacia un futuro seguro y cierto, no sería oportuno ni acertado (sin producir otros males) que un país que ha vivido más de medio siglo sumergido en un sistema político y económico totalmente alejado del mundo real, sobre todo en el plano laboral, cambiar este modelo de un plumazo,  es lo mismo que si un hombre sufre un accidente y después de cincuenta años en coma despierta conservando su memoria intacta y se le diera el alta del hospital  para marcharse sólo, este ejemplo es lo más cercano a lo que pasaría en Cuba si de repente se le transforma su mundo político, económico y social, es por esto que defiendo que esta es una batalla que hay que ganar paso a paso y desde dentro.
No creo que hoy por hoy haya una sola persona en el mundo, incluido el gobierno de la isla, que crea en la viabilidad del modelo económico cubano, ni aunque mañana aterrizaran en el país cientos de empresarios con miles de millones de euros o dólares, por el contrario esto terminaría de hundir las sociedad cubana, para que las condiciones de vida de todo el pueblo cambien es necesario dar un giro de 180 grados a la situación y le toca al gobierno de Raúl Castro asumir su responsabilidad y dar pasos para ello, pero ya sabemos que la modestia y la autocrítica no son el fuerte de esta familia por tanto toca a los cubanos, al pueblo y otros jefes intermedios alzar sus voces en pro de favorecer cambios que no puedan ser cuestionado por las altas esferas del poder.
La mayoría de los cubanos crecimos escuchando que la Revolución Cubana es una revolución Socialista, posicionamiento que hemos escuchado día tras día durante 57 años, si nos ajustamos a las teorías sobre las cuales se declaró a Cuba como un país Socialista  debemos recordar que “en el Socialismo las fuerzas productivas (es decir los obreros, el pueblo) son los dueños de los medios de producción” tiene Raúl Castro en sus manos la oportunidad de hacer esto realidad (ahora no lo es) y no en diez, quince o veinte años, con honestidad y un una buena dosis de buena voluntad mañana.
Ya he insistido mucho sobre la ruinosa situación de la economía estatal cubana con fábricas semi-destruidas  que tienen baja producción y con una pésima gestión en la que tanto jefes como empleados malversan las materias primas cómo único camino de “completar” sus sueldos o de lo contrario dejar a las familias pasar penurias; pero este panorama se repite en todo y cada uno delos centros de producción o servicios de la isla, se ha instalado convirtiéndose  en el sistema que tienen los trabajadores para relacionarse con sus empresas y que es una de las lacras de la sociedad cubana que mi propuesta desterraría desde el minuto cero.
La solución de  varios de  los grandes problemas de Cuba la tiene el gobierno de la isla al alcance de la mano, si mañana Raúl Castro se despojara de la soberbia y la tozudez que caracterizan a su familia y legislara un nuevo orden laboral para los cubanos mataría tres o más pájaros de un tiro, solucionaría el problema del empleo, los trabajadores tendrían salarios dignos y a su vez adquirirían un nivel de responsabilidad y conciencia sobre el empleo honesto de los recursos económicos en sus manos, sin dejar de mencionar el empuje económico que esto supondría. Muchos se preguntarán ¿Y dónde está esa fórmula milagrosa? No hay fórmula, hay a lo largo y ancho de la isla miles de fábricas, cafeterías, peluquerías, mercados de los cuales el único propietario es el estado y que no producen lo que están destinados a producir, ni prestan servicios de calidad, sería tan fácil como ponerlos en las manos de los trabajadores y que estos se constituyeran en cooperativas de producción y servicios, para el cubano que no tiene trabajo, para el que lo tiene y no gana un sueldo que le permita vivir sin malversar, esta sería la solución de ganar un salario honradamente y mantener a su familia sin necesidad de delinquir, porque esa sería su empresa, la de todos, lo más parecido a lo que le vendieron como socialismo, esto garantizaría el aumento de la producción y la mejora de los servicios, todo iría in crescendo en calidad y cantidad y al mismo tiempo daría un impulso a la economía, no sería nada extraordinario que una empresa que inicie esta andadura en poco tiempo pueda duplicar o triplicar sus trabajadores y por tanto sería una fuente para crear nuevos empleos.
En un sistema así el estado cubano puede reservarse la administración y control de sectores como las finanzas, la salud, la educación, la conservación de las vías de comunicación, el transporte público, el sector energético y cualquier otro que sea capaz de sostener y hacer avanzar. Para poner en práctica algo de este calado el gobierno tendría que abrir líneas de créditos para que los constituyentes de las cooperativas puedan empezar su andadura y por otra parte al ceder las empresas hacerlo en régimen de alquiler, el estado ingresaría además por conceptos de seguros sociales de los empleados, de impuestos sobre los ingresos, cosa que le permitiría reinvertir los mismos en salud pública, educación, conservación de las vías de comunicación etc. A todo lo anterior podemos sumar que el propio estado puede ser un gran mayorista para vender a estas empresas las materias primas necesarias, aunque en este sentido considero debe propiciar haya otros mayoristas que garanticen la producción y los servicios y que no dependan sólo de sus almacenes los que deberían competir con estas respecto a precios, una fácil solución sería reservar a los almacenes estatales las marcas blancas.
Este sistema de cooperativas permitiría que una gran mayoría de cubanos tuviera acceso inmediato a empleos dignos con salarios decentes y al mismo tiempo le daría la oportunidad de aprender a sacar adelante la economía individual y colectiva dando al mismo tiempo un gran impulso a la economía y lo que es más importante, creando infraestructuras necesarias para atender al turismo y otras grandes empresas, con esto se produciría en Cuba un movimiento económico de tal calado que en muy poco tiempo se harían visibles en el seno de la sociedad.

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