"...Históricamente el cubano es patriota desde el tuétano de sus
huesos, a partir de que el criollo descendiente de españoles, empezó a adquirir consciencia
de nacionalidad y se sintió hijo de
nuestra tierra, hasta hoy, no
creo que haya un solo cubano, que se quede indiferente ante cualquier tema relacionado con la patria y aunque desde los
inicios de las luchas por la independencia ha habido múltiples posiciones respecto a cuál debe
ser su destino, a partir de la llegada de la
revolución, se confunde
patriotismo con ideología y de
esta forma, en nombre de la patria, tanto para
el presente, cómo para el futuro, la única ideología válida es la suya, de un lado
los que desde dentro de Cuba defienden
que ser patriota
es apoyar incondicionalmente al
gobierno y para los que cualquier posicionamiento que
se aleje de la
ideología de la
Revolución es simplemente, ser un apátrida, mientras la otra
cara de la moneda, son los que
desde fuera de la
isla, encabezados por los viejos anticastristas residentes en USA o lo que discuten
sobre su
situación actual y futura, en foros de internet cualquier opinión, que reconozca
el más mínimo logro al gobierno cubano, es porque lo apoya y es leal
a Castro y su feroz dictadura.
Y yo, simple mortal nacida bajo el mismo cielo me pregunto ¿por qué? Por
qué sagrada regla todo
cubano que resida fuera de
Cuba, en cualquier parte del mundo, tiene que
odiar y atacar en cada una de sus
intervenciones al gobierno, por qué a
toda esa masa de cubanos residentes fuera de la
isla hay
que llamarles exiliados, cuando
un gran número de estos son meros
emigrantes económicos y al mismo tiempo, por
qué para visitar nuestro país necesitamos estar autorizados y sólo podemos permanecer en la
isla por un
tiempo establecido por el gobierno, cuando el hecho
de ser cubanos nos legitima para visitar el
país cuando y cuanto queramos y decidir libremente si permanecer allí o no e
incluso quedarnos a residir en nuestra tierra. Por qué no puedo decir
lo que pienso sin
caer el pecado de
ser traidora por
partida doble. No
sería capaz de aventurarme al decir
cuántos pensamos así ya que
no pocos, por temor a la intolerancia no expresan
sus opiniones, por ellos
escribo estas líneas, por todos nosotros
y porque Cuba lo necesita..."
Esto escribía en el año 2002, respecto a las vicisitudes de los cubanos, para actuar como ciudadanos normales que amamos nuestro país, nuestra cultura y nuestra gente, en los últimos años, ingenua de mi, llegué a pensar que Cuba cambiaba y que en esa evolución encontraría el rumbo para propiciar que no haya categorías de cubanos, si no que entre todos de una forma u otra ayudásemos a promover mejoras en la isla, porque los millones de cubanos que vivimos fuera de Cuba, no somos meros espectadores de los pequeños avances que el país ha ido consiguiendo, agradecido tendría que estar el Estado Cubano, a quienes, con nuestros envíos de dinero, hemos permitido a muchas familias vivir honradamente, aun sin tener un trabajo y un sueldo dignos, porque cuando dentro de un siglo se hable de este período en la vida y la economía del pueblo cubano, los millones en divisas, que los cubanos desde fuera de la isla hemos ingresado a la economía del país, ocuparan un lugar especial en la memoria histórica de la isla.
En cambio a lo largo de esta semana he podido comprobar que, en Cuba no hay cambios, la falta de visión de futuro sigue instalada en los gobernantes y los cubanos continuamos siendo sujetos de baja categoría frente a los extranjeros, cualquiera puede hacer un crucero y desembarcar en Cuba, cualquiera, que no sea cubano, porque para nosotros ser cubanos además de ser un orgullo es una fatalidad.
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