Es muy común entre los humanos cuando nos sentimos atacados o imaginamos se nos avecina un chaparrón ponernos a la defensiva y en un intento de evitarlo, atacar a quien se supone nos intenta agredir. Esta reacción no es patrimonio solo del hombre, en el reino animal hay ejemplos de especies muy diversas que cuando se sienten en peligro lanzan su ataque de defensa, seguramente por ello, es muy normal que ante una reacción así nuestra expresión sea, "es típico de la fiera herida" y en este caso la fiera suele ser un humano.
Pero por mucho que alguien se sienta lastimado, el responder a su enemigo atacando no legitima su defensa, tengo la impresión que en estos días, en los que el presidente de los Estados Unidos prepara su visita a Cuba el gobierno cubano se siente como "la fiera herida" ¿herida por quien? ¿Por cuantos se oponen a su gobierno y a sus políticas? Seguramente, y su reacción es justa la de atacarlos, encarcelando a cuanto le huela a "enemigo", no es mi intención el referirme a los derechos humanos, ni a la libertad de expresión, ni de ideología, ¡No! Creo que la mejor lectura de estos actos (al margen de toda la arbitrariedad y el dolor que puedan generar) la encontramos en la desesperación de la maquinaria del poder que a la desesperada intenta acallar voces, ocultar rostros, paralizar cualquier movimiento que deje al descubierto sus vergüenzas ante tan ilustre visitante, pero esto lejos de reforzar su prestigio lo deteriora aún más en el terreno internacional y por otra parte y esto es lo mejor, hace visible a los cubanos que luchan por los cambios necesarios es Cuba, la persecución, el encárcelamiento, la reprensión de sus actos provoca que cuanto cubano sea testigo de esto se solidarice con los opositores, lejos están ya los tiempos de los "actos de repudio" (recordemos el Mariel) y de muchas otras acciones que en ocasiones pusieron a grupos de cubanos del lado de la autoridades.
En los últimos veinticinco años los pocos logros que consiguió la Revolución han quedado reducidos a escombros, como las construcciones más antiguas, las que constituyen nuestro patrimonio arquitectónico, la gente ha padecido y padece innumerables penurias, el cubano sabe que con el actual sistema político y económico harían falta veinte o treinta años para conseguir algunos avances, si es que se consiguen, cosa poco probable teniendo en cuenta la incapacidad del sistema en sí mismo para que la economía funcione y por otra parte la pérdida de la cultura laboral, de valores morales relacionados con el trabajo, de respeto y dignidad por parte de los funcionarios para gestionar los recursos. Esta realidad es que la hace que cuanto más represivo sea el gobierno más posibilidades tiene de encontrarse frente a un muro. Este será uno de los logros de la visita de Obama a Cuba, si no el más importante, por ello alegrémonos de que la fiera no encuentre defensa mejor, que un buen ataque.
