domingo, 6 de marzo de 2016

Cuba y el síndrome de Estocolmo

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"El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, violación o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado. Principalmente se debe a que malinterpretan la ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del secuestrador".
En algunas de mis publicaciones anteriores al hablar de los cubanos residentes en la isla he hecho referencia a que (y esto es solo una opinión) padecen el síndrome de Estocolmo, por ello he creido prudente encabezar este post con la definición del mismo,  estoy convencida que una gran mayoría de los cubanos que viven dentro desconoce este concepto y aunque no creo que muchos cubanos residentes en Cuba lean mis entradas en este blog, prefiero que si alguno lo hace pueda resultarle comprensible en su totalidad, por ello intento usar siempre un lenguaje coloquial y aunque sé que si con algo cuenta nuestra tierra y nuestros compatriotas, es con un nivel cultural más que aceptable, también soy consciente que en los últimos veinte o veinticinco años, una gran masa de las nuevas generaciones de cubanos abandonó sus estudios para dedicar su tiempo a intentar conseguir ingresos que permitieran a él y a su familia subsistir, esto no sería nada extraño en un país capitalista donde las condiciones de vida y educación de las nuevas generaciones están sujetas a muchos factores familiares y sociales y que muchas veces no tienen la posibilidad de realizar estudios medios o universitarios, pero todos sabemos que en Cuba durante mucho tiempo esto no fue de esta manera.
Cuando en las redes sociales leo y a veces me inmiscuyo en debates sobre la situación en Cuba, con mucha frecuencia me percato de la vehemencia con que los cubanos defienden lo indefendible, justifican los injustificable y se expresan con tal seguridad sobre las "maravillas que disfrutan" y las bondades de la Revolución que no puedo menos que sentir pena, es doloroso porque si los que hacen estas encarnizadas defensas de un sistema político y económico absolutamente distorsionado y prostituido,con respecto a lo que "tuvo que ser", son las personas que tienen un mínimo contacto con el mundo exterior, imaginemos lo que puede haber en la  mente de los millones de cubanos que no tienen ni siquiera esta opción.
Los cubanos que participan activamente en las redes sociales y viven en la isla ante nuestras manifestaciones, unas veces y las que ellos suponen en otras, (muchos juzgan sin tener ni idea) nos acusan de todo, nos llaman mercenarios, mentirosos y cuando (es mi caso) les invito a leer mis entradas de blog y valorar mis opiniones, ni se molestan en ello continuando con su mismo discurso. Toda esa falta de autocrítica, de perspectivas, de visión de futuro y la encarnizada defensa del sistema que les ha impedido ir más allá, es una clara muestra del síndrome que todo un pueblo padece. Si algo me enseñaron a defender en mis tiempos de estudiante, justo mis profesores cubanos, fue la individualidad del hombre y la evolución de cada ser social y con estos la sociedad en su conjunto, "pero donde dije digo digo Diego" y como muchas otras veces he repetido en Cuba hubo una Revolución que nos condujo a una involucion. No tengo la menor idea de cómo curar a todo un pueblo de un síndrome tan peligroso para el avance y desarrollo de la economía y la sociedad, porque lo que sí está cada vez más claro es que nuestra gente no tiene noción  del mundo exterior, viven en una burbuja que les permite descalificar la vida en países europeos sin sonrojarse y eso, a pesar de que todo cubano cree que abandonar la isla y tener los bolsillos llenos de dólares sin trabajar duro son compatibles.

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