sábado, 26 de noviembre de 2016

Ha muerto el hombre que sedujo al mundo

Cuando el 25 de noviembre del año 1956, Fidel Castro zarpó desde la costa de México,  a bordo  del Granma, con sus 82 acompañantes rumbo a las Costas de Cuba, esta acción sólo podía ser calificada como la mayor de las utopías,  semejante tropa se proponía liberar al pueblo cubano de las garras del dictador Fulgencio Batista, quien con un ejército de más de cuarenta mil hombres, mantenía al pueblo sumido en un régimen dictatorial y sangriento; pero al desembarcar en Cuba, las tropas del embrión del Ejército Rebelde, tras los primeros enfrentamientos con las tropas cubanas,  quedaron diezmadas y reducidas a doce hombres y  siete fusiles, entonces la utopía lo hizo gigante, cómo lo fue su caravana triunfal recorriendo la isla desde el  primero de Enero de 1959, cuando tras la huida de un Batista derrotado, El Comandante del Ejército Rebelde condujo las tropas, para hacer su entrada triunfal en La Habana.
Así, tras las primeras leyes de corte social, como las de Reforma Urbana y Agraria que ponían en manos del pueblo los bienes acumulados por unos pocos, nació la leyenda, el ídolo de masas, el ejemplo ante los demás pueblos de Latinoamérica, sobre todo,  por la firmeza de su pulso al estampar su firma, para expropiar  los bienes de las grandes empresas estadounidenses mayoritariamente dueñas de la economía cubana y ponerlos al servicio de los más desfavorecidos.
 De este modo Cuba, un pequeño país,  con una población de algo más de siete millones de habitantes, poco a poco, se vio ligada al mundo socialista, lo que empezó cómo una Revolución social, paso a paso se fue convirtiendo en una Revolución Socialista,  y Cuba se vio inmersa en la crisis de los misiles, se enfrentó a la invasión opositora en Playa Girón o Bahía de Cochinos (la definición depende de que lado del charco esté quien la mencione), pero en todos estos acontecimientos,  siempre la figura de Fidel estuvo al frente, hasta que, llegó el momento en el cual,  tuvo que decidir entre sumarse a la Perestroika y seguir a la URSS, o continuar su ruta “rumbo al socialismo”, ruta que no fue más que el camino al declive, a la decadencia, de un pueblo y su líder, huérfanos de ayudas, sumidos él,  y todo el pueblo  en la  miseria, pero aún así, superó la visita del Papa Juan Pablo I,  hasta que apareció Hugo Chávez y con este, los intercambios que dieron oxígeno, al líder, y al pueblo, pero no suficientes cómo para encontrar la puerta de la prosperidad y el bienestar, y "El comandante" aguantó el influjo de Benedicto XVI y seguramente influenció al más parecido a él, el Papa Francisco.
Hoy, este hombre ha muerto, se marcha de este mundo,  con sus luces y sus sombras, con su carisma, ese que hace que,  al encender la radio o la televisión, en el mundo entero no se hable de otra cosa más que de él. Cuando pasen los años y desde la distancia,  la Historia Universal analice la figura de Fidel Castro no le será fácil a los historiadores encontrar su sitio justo, en nuestro caso, los cubanos, tenemos que dejar a un lado nuestras posiciones políticas e ideológicas y sólo pensar en que,  nos tocó compartir  nuestro tiempo, el mejor y el peor,  con un hombre que, condujo a nuestro pequeño país,  al centro de la historia seduciendo al mundo.   

miércoles, 18 de mayo de 2016

La desesperanza

Después de muchos días sin publicar (a veces el trabajo nos absorbe), vuelvo, cada día, cuando dispongo de un momento o simplemente antes de que el sueño me venza, dedico mi tiempo a leer todo cuanto puedo sobre la actualidad cubana, de los que en los últimos días he sacado una conclusión, hoy, el sentimiento nacional en Cuba es la desesperanza.
Durante estos 57 años de revolución, el pueblo de Cuba ha vivido en la convicción de que el único culpable de sus miserias era el bloqueo norteamericano, por ello, vieron en el restablecimiento de relaciones con los yanquis, la cura milagrosa a la casi totalidad de sus males y a veces pienso que, esta ilusión también la albergan los gobernantes, que no han contado con las reglas que rigen la economía de mercado y el pueblo, que demográficamente está compuesto por personas nacidas después de la revolución o pocos años antes, desconoce.
Ignoran los gobernantes cubanos que los inversores extranjeros no arriesgan porque sí, porque Cuba es un país sumido en la miseria y lo necesita, cuando un capitalista pone su dinero en un proyecto, es con la certeza de que este volverá a sus manos en un plazo determinado de tiempo y desde luego, con beneficios, por ello y aun cuando mañana el mundo despierte con la noticia de que el gobierno, el congreso, el senado y la totalidad de los americanos han decidido decretar el fin del “embargo económico” a Cuba, pocas cosas cambiarían en un país que, lo primero, no tendrá recursos para abastecerse del mundo exterior, cómo no los tiene hoy para mantener el abastecimientos del mercado interno, ni siquiera, en las tiendas que venden en pesos convertibles. Por otra parte como he dicho, pocos extranjeros se aventurarían se aventurarían a invertir es la isla ya que estos necesitan ciertas garantías que en Cuba, por su modelo económico y política comercial internos, no existen, aun cuando esto, al gobierno e incluso al pueblo cubano, les parezca imposible, se dará el caso de muchos, que no lo harán por una sencilla razón, mientras el Estado cubano (que es el empleador), le cobra por el trabajo de un empleado supongamos que $3.00  (desconozco las cifras exactas), ese empleado sólo recibirá entre $20,00 y $25,00, es decir que, mientras a los cubanos se les asusta con la llegada del “lobo capitalista”, es el propio estado quién explota a nuestra gente, obteniendo del trabajo y sacrificio de los cubanos desorbitadas ganancias, sin hacer ninguna inversión.
Después de la visita de Obama y del VII congreso del PCC, el pueblo ha tomado conciencia de que, en Cuba, nada se mueve y con ello han proliferado las muestras de inconformidad en el seno de la sociedad cubana, día a día crece la desesperanza de la gente y con ello, la certeza de vivir en un país que marcha en la dirección de los cangrejos,  donde nada progresa, ni va hacia adelante, un país que ha vivido de “subvenciones” y cuando no tiene un  “protector” comienzan los cortes de electricidad, se agudiza la falta de agua corriente potable, cosa que en la isla está en niveles tercermundistas, sin olvidar para los cubanos el hacer cada día la comida implica una gran dosis de sacrificio e ingenio y todo esto en un entorno donde el país se cae a pedazos porque ni los particulares, ni el estado tienen los recursos necesarios para conservar las construcciones, ni las calles, ni las carreteras lo que redunda en un país donde, de cada diez jóvenes, siete están pensando en encontrar una salida, no para solucionar todo esto, sino, una salida del país.

Por todo esto hoy, la desesperanza es el sentimiento nacional de los cubanos y a corto plazo  no  se avizora una salida válida que cambie las condiciones de vida del pueblo, no creo que muchos inversores americanos, dadas las históricas relaciones con el gobierno, se arriesguen en empresas sin garantías, salvo que sigan el ejemplo de los europeos, es especial los españoles, que llevan más de veinte años en Cuba, con el único propósito de, en un hipotético cambio, asegurarse el mercado y si no hay muchos más, es porque, el hecho de que en Cuba las inversiones (por ejemplo hoteleras) no se revierten en el mercado interno, es desfavorable a sus aspiraciones comerciales, en cualquier país del caribe donde haya una Meliá, los trabajadores nativos cobran un salario de manos del empresario que luego se revierte en la economía interna , excepto en Cuba, como ya se ha dicho, en Cuba donde el estado se supone cobra el dinero se estos y lo reinvierte en el pueblo, lo que sólo conduce a que la economía cubana sea una economía ruinosa donde lo que se reparte son las necesidades y las miserias y donde cada movimiento del gobierno para lo único que sirve es para acentuar la desesperanza.

lunes, 18 de abril de 2016

"Se lo van a tener que hacer mirar"


En estos días, la mayor parte de las publicaciones relacionadas con Cuba, se centran en la celebración del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, por lo que leerlas, sobre todo las que nos llegan desde la isla, es un trabajo agotador, por lo que, después de llenarme de paciencia, dediqué un rato a leer lo que se debate en las distintas comisiones en dicho evento.
Es sorprendente, como en las intervenciones de los distintos miembros de la dirección del partido, se habla de Cuba y su actualidad, como si de un modelo de país se tratase, lo que una y otra vez nos lleva a preguntarnos ¿pero, de verdad se lo creen? Pero lo cierto es que, alguien que no sea cubano y no conozca a Cuba, leyendo o presenciando estos debates piensa que, Cuba es un país idílico y si no, es que está muy cerca de serlo, al menos, en lo que hasta ahora he leído no he podido encontrar una sola alusión a la crisis migratoria que, en la actualidad,  protagonizan miles de cubanos e involucra a otros países del Caribe como es  el caso de Costa Rica o Panamá, ni a la oposición dentro de la isla, ni a otros debates políticos y sociales que actualmente dentro de Cuba son una realidad, limitándose a afirmar con rotundidad, la permanencia del PCC cómo partido único. Sólo se puede observar algún indicio de cambios, aunque desde mi opinión insuficientes, en el sistema económico, aunque con el hándicap de que su puesta en marcha es a tan largo plazo que no soluciona la acuciante situación de gran parte de la población  y por otra parte al analizar la evolución de la realización del trabajo por cuenta propia, más que buscar soluciones para su eficacia o perfeccionamiento, se da el caso por ejemplo, de lo mayoristas en el sector agropecuario, a los que ante dificultades en el desempeño de sus actividades, la solución es eliminar la autorización para dicha actividad, es ilógico pensar que en un país, donde desde hace tres décadas se funciona a base de corrupción en las empresas estatales, donde además la población desconoce las normas que rigen la economía de mercado, la actividad empresarial o cooperativa a nivel particular, funcione a la perfección. En este sentido el pueblo necesita madurar y el gobierno, legislar para que se puedan mejorar estas empresas y no eliminarlas, que no es más que dar dos pasos en retroceso.

Mientras el gobierno cubano no analice la realidad de nuestro país como lo que es y no como lo que ellos quieren mostrar, el futuro de Cuba será incierto, por este camino los verdaderos problemas que sufre el pueblo no se solucionan y las posibles soluciones, son a tan largo plazo, que llevan a la población al desánimo y la desesperación. Los catalanes, cuando alguien actúa descabelladamente o sin objetividad, usan la expresión “se lo tiene que hacer mirar”, justo lo que tendrán que hacer los gobernantes cubanos que no se sabe si están en el país de nunca jamás con Peter Pan o con Alicia en el país de las maravillas, desde luego en Cuba no.

viernes, 15 de abril de 2016

A mi que no me cuenten, yo viví en Cuba


Tenía muy pocos años cuando por primera vez escuché la palabra paredón, vocablo que mi abuela utilizaba, para referirse a las ejecuciones llevadas a cabo en Cuba en los primeros años de la Revolución, todas ellas, “amparadas”,  en el vínculo de los condenados con la dictadura de Fulgencio Batista y su atroz represión de la ciudadanía y posteriormente, cuando se produjeron los levantamientos contrarrevolucionarios en la zona de la sierra del Escambray, muchos de estos, llevados a cabo por gente sin escrúpulos, que más que, como luchadores contra la Revolución, se comportaron como meros bandidos, asolando a los campesinos, sus familias, e incluso su ganado, con el único propósito de amedrentar a la población y restar apoyos al gobierno. A partir de entonces, salvo casos aislados, hasta el juicio seguido contra Arnaldo Ochoa, Antonio La Guardia y otros diecisiete altos oficiales del gobierno y por último, ya más reciente, el fusilamiento de los jóvenes que secuestraron la lancha de Regla, en la sociedad cubana la pena de muerte no fue objeto de debate, simplemente es un artículo más del código penal.
Es cierto que el estado cubano, en ninguno de estos casos, puede erigirse en adalid de la justicia, la transparencia y mucho menos de haber propiciado a los condenados, juicios con todas las garantías procesales, porque, aunque la existencia de esta figura en el código penal cubano, de algún modo legitima cada una de estas condenas, la realidad es que, en nuestra isla, la presunción de inocencia es mucho más que cuestionable, teniendo en cuenta que allí el poder político, el poder judicial y el poder militar son la misma cosa. Por otra parte, la aplicación de la pena de muerte no es privativa de Cuba, sino que, además, se aplica en países tan diferentes, como Irán, Pakistán, Arabia Saudí, Estados Unidos, Bielorrusia, India, Botswana, Zambia, Corea del Norte, Vietnam, Guatemala y otros estados del Caribe,   por otra parte, cuando se producen estas condenas nunca están exentas de polémica, ya que su aplicación, mayoritariamente se produce por parte de los Estados por razones políticas o religiosas,  muestra de ello es que, durante el 2015 el 82 % de las condenas a la pena de muerte se produjeron en Irán, cuyas características políticas, ideológicas y religiosas son de todos conocidas.
Para los que nacimos y crecimos en Cuba, la pena de muerte, era un acto de justicia, cómo para cualquier estadounidense y la mayoría crecimos yéndonos solos al colegio, a las actividades extraescolares, más tarde fuimos a la secundaria, a las primeras fiestas, al cine y por si fuera poco a la escuela al campo o los preuniversitarios en el campo, donde más de una generación de cubanos hemos vivido la mayor parte del año despreocupadamente, tanto nosotros, como nuestras familias, de la misma manera, nuestros padres trabajaban, iban de fiesta, asistían a eventos deportivos y culturales con total tranquilidad, no había nada en nuestras vidas que nos produjera la sensación de vivir en una férrea dictadura, es cierto que, más adelante, cuando fuimos mayores, nos dimos cuenta de que expresar ideas políticas o económicas contrarias al gobierno era imposible, incluso, ni cuando las cosas empezaron a ir de mal en peor en un país con una economía en caída libre, donde  nos empobrecíamos, no sólo materialmente, sino moralmente, donde la prostitución y el proxenetismo volvieron a ser realidad y la corrupción unida a la prevaricación y la malversación se convirtieron en un modo de subsistencia y donde el pueblo, era y es, el gran espectador silencioso.
Cuando nos detenemos a revivir estos recuerdos, sabemos que, la Revolución, la “política socialista”,  la realidad de una Cuba libre y cuantas consignas aprendimos a lo largo de nuestras vidas, no sirvieron de nada, pero aun así, siempre que, en las redes sociales, leo publicaciones que vitorean la Cuba pre-revolucionaria, y se ensañan en la “sangrienta dictadura de los Castros”, el pesimismo me invade, porque no  creo que el retroceso sea el camino y mientras los cubanos estemos instalados en ese discurso, más inaccesible se nos hará el camino a la consecución de los cambios que el país necesita y todos deseamos.
Lamentablemente, soy consciente de que el reloj, para los cubanos, no marcha acompasado con el reloj mundial, allí el tiempo parece no transcurrir, desde el 1959 los anticastristas vienen haciendo uso de la palabra dictadura sangrienta, represión, opresión y todo ese rancio discurso, que la gran mayoría de la gente que vive dentro de la isla, de algún modo rechaza, ya sea porque como decía mi abuela, nos lavaron el cerebro, porque algunos recibimos información de nuestros mayores sobre la Cuba de antes del triunfo de la Revolución  o simplemente, porque al venir de los representantes de la  vieja dictadura o sus herederos, una que no se escudaba en la pena de muerte, sino en la que simplemente, las ejecuciones extrajudiciales se producían día, tras día y la torturas a los opositores eran también habituales, por todo esto y porque esos argumentos hablan del pasado y en ningún caso del futuro es que, la oposición en Cuba, al menos desde dentro, no cuenta con los suficientes apoyos para demostrar al gobierno que, en Cuba, son mayoría, los que sin rendirse a la representación del pasado abogan por el cambio, apostando porque en Cuba ese hombre nuevo que tanto nos prometieron, quiere un  nuevo porvenir.






jueves, 14 de abril de 2016

Esto acaba de empezar...

http://www.lulu.com/shop/martha-elva-marrero/cuba-a%C3%BAn-t%C3%BA-puedes/ebook/product-22556596.html

Cuando el 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barck Obama comunicaron al mundo el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, en muchas partes del mundo, donde quiera que había un cubano, se desató el optimismo, pero en ningún lugar más que en nuestra isla,  para nuestra gente significaba la esperanza de mejoras futuras, de la misma forma, los cubanos que vivimos fuera nos animamos a pensar que este sería el punto de partida, el inicio de una nueva etapa, dedicada a la recuperación que Cuba necesita en todos los sentidos; pero hicimos nuestros cálculos con la aproximación por exceso y nos equivocamos, sé que la realidad cubana es difícil de entender y hasta de explicar, pero siempre he pensado que, en el momento que el gobierno de Cuba no tenga el pretexto del bloqueo, como causa de todos los males, el pueblo, se dará cuenta de la farsa que hemos vivido durante todos estos años y de la otra parte tenemos los anticastristas de extrema derecha radicados en Estados Unidos que han vivido los 57 años de Revolución en Cuba, de los réditos que le han extraído a las miserias de todo un pueblo, el nuestro y el que debían sentir suyo, pero para estos, Cuba es más rentable cercada, limitada, acosada y cualquier cosa que pueda suponer su progreso les quema las entrañas, si es que las tienen, desde luego.
Esta simbiosis es la que ha propiciado durante estos años que nuestro pueblo haya ido en caída libre hasta las puertas de la destrucción, ambos bandos se nutren, se retroalimentan, en caso contrario el gobierno cubano, en lugar de ir poniendo palos en las ruedas, el más reciente la polémica de los cruceros de la compañía Carnival, aceptando el veto a los cubanos, ya que el gobierno de nuestro país nos invalida como posibles viajeros por vía marítima, lo cierto es que, tristemente, las “razones” que tiene el gobierno cubano, para que una medida tan absurda y desfasada subsista, no es lo que más nos debe importar, estamos acostumbrados a sufrirlas, lo que en realidad debe ser objeto de análisis es el uso que de hechos como este hacen los históricos responsables de las miserias del pueblo cubano, los que desde dos extremos diferentes, dicen defender la dignidad de los cubanos, los mismos cubanos que no tienen derecho a llegar a su patria por vía marítima y los que para hacerlo en avión, desde Miami,  no tendrán un consulado que les facilite las cosas si de los extremistas residentes allí depende.
No amigos, no, no nos engañemos, el 17 de diciembre de 2014 nos mostraron un camino que, con buena suerte, transitarán nuestros nietos, porque esto, cómo sus vidas acaba de empezar.

miércoles, 13 de abril de 2016

La "fatalidad" de ser cubanos



"...Históricamente el cubano es patriota desde el tuétano de sus huesos, a partir de que  el criollo  descendiente de  españoles, empezó a adquirir consciencia de  nacionalidad y se sintió  hijo de  nuestra tierra,  hasta hoy, no creo que  haya  un solo cubano, que  se quede indiferente ante cualquier tema  relacionado con la patria y aunque desde los inicios de  las luchas por  la independencia ha  habido múltiples posiciones respecto a cuál  debe  ser su destino, a partir de la llegada de  la  revolución, se  confunde patriotismo con  ideología y  de  esta forma,  en nombre de  la patria, tanto  para  el presente, cómo  para  el futuro, la única  ideología válida es la suya,  de un lado  los que desde dentro de  Cuba   defienden  que   ser  patriota  es  apoyar incondicionalmente al gobierno y para  los que cualquier posicionamiento  que   se  aleje de   la  ideología  de   la  Revolución es simplemente, ser un apátrida, mientras  la otra  cara de la moneda, son los que  desde  fuera  de  la isla, encabezados por los viejos anticastristas residentes en USA o lo que discuten sobre  su  situación actual y futura, en foros de internet cualquier opinión, que  reconozca el  más mínimo logro  al gobierno cubano, es porque lo apoya y es leal a Castro y su feroz dictadura.


Y yo, simple mortal nacida bajo el mismo cielo me  pregunto ¿por qué?  Por  qué  sagrada regla  todo  cubano que  resida fuera  de  Cuba, en cualquier parte del mundo, tiene  que  odiar y atacar en cada  una de sus intervenciones al gobierno,  por  qué  a toda  esa masa de  cubanos residentes fuera  de  la isla  hay  que  llamarles exiliados, cuando un gran  número de estos son meros emigrantes económicos y al mismo tiempo, por  qué  para  visitar nuestro país  necesitamos estar autorizados y sólo  podemos permanecer en  la  isla  por  un  tiempo establecido por  el  gobierno, cuando el  hecho  de  ser  cubanos nos legitima para  visitar el  país  cuando y  cuanto queramos y  decidir libremente si permanecer allí o no e incluso quedarnos a residir en nuestra tierra. Por  qué  no  puedo decir  lo  que  pienso sin  caer  el pecado  de   ser   traidora  por   partida  doble.   No   sería   capaz   de aventurarme al  decir  cuántos pensamos así  ya  que  no  pocos,  por temor a la intolerancia no expresan sus  opiniones, por  ellos  escribo estas líneas,  por todos nosotros y porque Cuba  lo necesita..."

Esto escribía en el año 2002, respecto a las vicisitudes de los cubanos, para actuar como ciudadanos normales que amamos nuestro país, nuestra cultura y nuestra gente, en los últimos años, ingenua de mi, llegué a pensar que Cuba cambiaba y que en esa evolución encontraría el rumbo para propiciar que no haya categorías de cubanos, si no que entre todos de una forma u otra ayudásemos a promover mejoras en la isla, porque los millones de cubanos que vivimos fuera de Cuba, no somos  meros espectadores de los pequeños avances que el país ha ido consiguiendo, agradecido tendría que estar el Estado Cubano, a quienes, con nuestros envíos de dinero, hemos permitido a muchas familias vivir honradamente, aun sin tener un trabajo y un sueldo dignos, porque cuando dentro de un siglo se hable de este período en la vida y la economía del pueblo cubano, los millones en divisas, que los cubanos desde fuera de la isla hemos ingresado a la economía del país, ocuparan un lugar especial en la memoria histórica de la isla.

En cambio a lo largo de esta semana he podido comprobar que, en Cuba no hay cambios, la falta de visión de futuro sigue instalada en los gobernantes y los cubanos continuamos siendo sujetos de baja categoría frente a los extranjeros, cualquiera puede hacer un crucero y desembarcar en Cuba, cualquiera, que no sea cubano, porque para nosotros ser cubanos además de ser un orgullo es una fatalidad.

lunes, 11 de abril de 2016

La máquina del tiempo

http://www.lulu.com/shop/martha-elva-marrero/cuba-a%C3%BAn-t%C3%BA-puedes/ebook/product-22556596.html

Hoy, no sé por qué, vienen a mi mente recuerdos dispersos, en la mañana mi primera infancia estuvo presente, para devolverme el aroma y el sabor de aquellos cereales que tomaba y que nunca más volví a ver, solo recordaba una lata que ponía Nestlé y la imagen de un niño, en esos momentos tendría poco más de tres años y estaba aprendiendo a leer (por mi cuenta como casi todo), pero para ello me servía desde la caja del detergente Fa, hasta la de cereales, suerte que aprendí pronto, porque en poco tiempo aquellas cajas desaparecieron y me hubiera quedado a medias.




Más tarde  recordé los helados en la Cremería    de la calle Obispo, que anduvieron rondando mis recuerdos, no he vuelto a probar un bocadito de helado como los de aquel lugar, y de aquí, pasé a la   luces  de neón de la calle Montes, era entonces tan pequeña que la ciudad me parecía inmensa, a veces íbamos a pasear por el parque de la Fraternidad, el Capitolio o cualquier otra parte, siempre al atardecer y regresábamos cuando la luna y el sol comenzaban a coquetear en su disputa por el espacio, entonces cuando arribamos a Egido y mis ojos se perdían en la interminable Calzada del Monte, donde el ajetreo de la gente y los coches mostraban una ciudad que para seguir viviendo encendía las luces de los comercios que cerraban y en aquella calle,  las tiendas, bodegas, farmacias, cines, se sucedían uno tras otro, el esplendor de las luces, hacía que mis ojos inocentes se llenarán de imágenes,  inventadas  para justificar tanta belleza.



Ya al final de la tarde, la humedad del malecón y el olor a salitre ,volvieron junto con el recuerdo de otra, la última que compartí con mi hermano Rolando, nos sentamos en el muro, cerca de la cabaña y desde allí escuchábamos las voces de los presos que gritaban desde las ventanas de sus celdas. Un día de recuerdos constantes, de nostalgias y de peguntas, mi hermano era hijo de mi padre, pero crecimos cerca y como hermanos, hasta que desapareció de nuestras vidas, se marchó a vivir con su madre y nunca más supimos de él, a veces me pregunto si como tantos otros cubanos se montó en una balsa a luchar contra el mar por una vida mejor, o si cuando éxodo del Mariel fue uno de los que partió, incluso, he llegado a preguntarme si lo enviarían a alguna misión en algún país africano del que no regresó y es que me cuesta creer, que entre las cosas perdidas en Cuba, el amor entre las familias tenga su lugar.



domingo, 10 de abril de 2016

La necesidad de acabar con el limbo de la legalidad económica.


En Cuba el  gobierno busca el modo de avanzar por una senda de progreso y para ello, pone todas sus fuerzas en el establecimiento de relaciones comerciales con otros países del mundo y aunque sus mayores esperanzas miran fijamente al Norte cercano y “peligroso”,  sus expectativas no desdeñan a inversores europeos, en principio menos “injerencias”, por tanto, menos “riesgos”, la realidad, es que para cualquier inversor extranjero, deben estar garantizadas un mínimo de medidas, encaminadas a conseguir el rendimiento del capital desembolsado, por lo que las autoridades en la isla, tendrían que mirar un poco más hacia dentro, analizar las condiciones económicas imperantes  e intentar asegurar un contexto tranquilizador, en el que los nuevos inversores tengan la certeza de que su dinero no caerá en saco roto, lo contrario, es un autoengaño del que nadie sale beneficiado.
Cuando Cuba tuvo que enfrentar la caída del campo socialista y ante las penurias que el mal llamado “período especial” impuso a nuestro pueblo, se pusieron en práctica algunas variantes de producción y servicio por cuenta propia, alternativas a las empresas estatales  y de las que se vieron beneficiados, artesanos, algunos oficios y el sector de la gastronomía, pero las cosas claras, en Cuba o se adopta un sistema económico mixto o nunca saldrá del bucle en que cayó al intentar “aliviar” la tan acusada crisis económica, que le produjo perder la “financiación” de la URSS y por otra parte, hacer hoy, ondear la bandera del socialismo es poco menos que inmoral, no es justo que al pueblo se le mantenga en condiciones de vida penosas, en defensa de el “socialismo y la igualdad social”, cuando el gobierno hace negocios con empresas extranjeras cuyos beneficios, al menos en un 45% se marchan del país, cosa que es normal, porque quien invierte su dinero en una empresa, no es un “alma caritativa” que va allí a darle de comer al cubano, es un empresario que invierte su capital para obtener una plus valía y sin esta no hay negocio, por tanto, lo más digno, justo y lógico es que de la misma manera el cubano pueda invertir, poner en marcha empresas y obtener beneficios por ello y al gobierno le correspondería administrar la sociedad de modo que haya equilibrio y justicia social, eso sería de verdad seguir el rumbo  de mejorar la vida del pueblo, todo lo contrario de los resultados a los que conduce el modelo actual a la sociedad cubana.
Para sanear nuestra sociedad es indispensable que esas formas de trabajo por cuenta propia que comenzaron con el “período especial” tengan un soporte legal, no se muevan en el límite entre la legalidad y la corrupción y se ajusten a un modelo que garantice, un mínimo de normas en la prestación de sus servicios, es necesario, que exista un abastecimiento mayorista garantizado, que el gobierno, además de poner a su disposición la venta de las materias primas necesarias para desarrollar su actividad y al mismo tiempo, que autorice a los productores de estas la venta de su producciones, por poner un ejemplo, al pescador que pueda vender a las paladares pescados y mariscos de sus capturas, de este modo se rompería la cadena de compra venta en el mercado negro y además, se garantiza que los productos que se comercien (en este caso) para el consumo humano, estén sometidos a controles sanitarios. La realidad es que con el sistema actual, las paladares en teoría no pueden vender marisco, pero en la realidad la cosa es muy diferente, por otra parte el turista que visite la isla siempre va a preferir este tipo de comida a la que pueda ofrecer cualquier otro restaurante por lujoso e incluso barato que sea, el turista prefiere la cercanía con la gente común y por otra parte tenemos que en la mentalidad de las autoridades está, no sólo tener el producto en exclusividad en sus restaurante, sino dedicar parte a la exportación, lo cierto es que haciendo las cuentas, lo que pueda sacar de beneficios por estos caminos o lo pierde  cuando alguien se lleva los camarones del combinado  pesquero o del hotel, o lo pierde cuando el turista no va a su restaurante, mientras que dándole a los que tienen pequeños negocios este servicio, sea por vía directa o por parte de los pescadores, la ganancia del estado estaría garantizada, en las ventas que hicieran, en los impuesto que cobrarían y hasta en el prestigio de la gastronomía cubana, tan importante como reclamo a los visitantes.
Para una economía como la de nuestra isla, la gallina de los huevos de oro es el turismo, pero hay que cuidarla y abrir las puertas del mercado interno es una de las formas de hacerlo, en la paladar la comida que ofrezcan ha de ser la mejor y el artesano que vende sandalias en la feria, también ha de saber que su producto debe tener la mejor calidad, el mejor diseño y un precio justo y el que se ofrezca como guía de turismo debe saber que ha de hacerlo con respeto y mostrarle lo mejor del lugar donde se encuentren, dejando claro desde el primer momento precios e itinerarios y el Estado regulando estas actividades ganaría desde el punto de vista económico y moral, porque lamentablemente, todas estas se realizan hoy en día sin una estructura legal beneficiosa para ambos, es decir el estado y el trabajador y en el caso de los guías normalmente desarrollan tal actividad al margen de la ley lo que en ocasiones da pie a situaciones amorales que en nada benefician el prestigio de nuestra isla.

Por todo esto, por el bien de los que se dedican a estas actividades, por el beneficio que pueden reportar para el país, por los ingresos que pueden aportar al estado y porque un día toda la plusvalía que se produzca en Cuba quede allí y enriquezca nuestra  isla, es necesario que el gobierno se quite de una vez la máscara del “socialismo” y adopte medidas que permitan un ordenamiento económico en favor del pueblo, que, de momento, sólo recibe migajas.

viernes, 8 de abril de 2016

Opinión de la periodista “revolucionaria” Norelys Morales Aguilera: ¿Ingenuidad o experiencia?


En el Post anterior hablaba de la “desconexión” de los cubanos con el mundo, cómo causa de conceptos rígidos y envejecidos que provoca su falta de objetividad al evaluar determinados hechos, de ello somos testigo, muy a menudo, los que navegamos y compartimos en las redes, por ello Yosuam Palacios y Lisett González, sin proponérselo (seguramente), en las “entrevistas” que todos vimos en Facebook opinando sobre el Discurso de Barack Obama fueron un claro reflejo de ello. No sólo porque, aunque con diferentes palabras el discurso haya sido el mismo, con la habitual carga de reproches y justificaciones respecto a las razones de unos y otros, sino porque su vocabulario, su imagen, esa apariencia de “jóvenes ancianos” no concuerdan ni con sus edades, ni con el entorno, ni con el resto de la sociedad cubana, simplemente el conjunto, en ambos casos, daba la sensación de dos aspirantes a actores en un casting para la representación de un monólogo, que por otra parte, los cubanos llevamos escuchando por más de medio siglo y justo su falta de credibilidad, propició  el interés y la crítica en las redes sociales, del que fueron objeto ambos.
En días atrás, escribí una entrada dedicada a Yander Zamora, el joven reportero gráfico cubano que tomó la foto más viral de la llegada del avión de Obama a La Habana, precisamente el hecho de que su foto fuera la más visionada, empujó al mismo a firmar su autoría, cuando en principio se negaba a ello, en dicha publicación me referí a la facilidad con que una foto o vídeo, en dependencia del interés que suscite su contenido, se convierte en viral; pero para mi sorpresa, hoy en el Blog ISLA MIA, perteneciente a la periodista cubana Norelys Morales Aguilera, bajo el título:
Miami intolerante, viralización inducida y lapidación mediática. (al margen del nuevo vocablo) publica un vídeo en el que se evidencia su desconocimiento de cómo se producen los movimientos en las redes sociales, negando la realidad, ambos vídeos se hicieron virales por su contenido, al mismo tiempo que asegura y argumenta la “manipulación” desde Miami para hacerlos virales.
Es evidente que en nuestro país, ni incluso entre los profesionales de la información, están acostumbrados a la libertad e inmediatez del mundo virtual, en el que nadie comparte nada por obligación, dice algo por quedar bien o contentar a alguien u oculta contenido porque haya recibido una orden, en este mundo en que todo va a una velocidad de vértigo y en el que muchas veces, las noticias se nos escapan por su rapidez, las decisiones suelen ser inmediatas y personales, no creo que nadie intencionadamente,   pueda generar un fenómeno viral, es más, tampoco creo que nadie disponga de los recursos técnicos necesarios para ello, sobre todo, porque quienes los tienen, están enfrascados en cosas de mayor relevancia e importancia que ridiculizar a quienes por si mismos ya lo han conseguido. Aunque, ¡cuidado! Puede que en Cuba (e incluso fuera), haya cientos, miles de agentes de la Seguridad del Estado frente a un ordenador, buscando a la desesperada en las redes todo lo que se refiera a Cuba y una vez conseguido, encontrar los atajos necesarios para atacar todo lo que represente “un peligro”.
Sé que hay en estas afirmaciones “un toque de locura”, pero si existe en el mundo, un lugar, donde constantemente se intenta distorsionar la realidad, lamentablemente se llama Cuba.

martes, 5 de abril de 2016

¿Cuba para los cubanos?

http://www.lulu.com/shop/martha-elva-marrero/cuba-a%C3%BAn-t%C3%BA-puedes/ebook/product-22556596.html

 
Después de unos días de ausencia, al regreso y pensando en que publicar en el Blog, he leído diversas publicaciones y al final, tomo conciencia de que mi primer pensamiento  al respecto, aún cuando han pasado días, está vigente y es que las sociedades en todos los países del mundo evolucionan día a día y en su evolución, se producen cambios importantes en su gente y su comportamiento; pero en el caso de nuestra isla, al parecer, por el desconocimiento de cómo se mueve el mundo, estos cambios no se propician, incluso pienso que a nivel de personas que forman parte del gobierno y en teoría deben estar conectados con el mundo, tampoco hay una visión real de lo que sucede en otras latitudes, desde luego, existe la posibilidad de que en realidad, los actos que denotan por su parte desconocimiento del mundo, sean premeditados,en pos su conveniencia.
Las primeras navidades que viví en España se convirtieron en una constante evocación de mi primera infancia y los recuerdos, que milagrosamente, mi mente consiguió conservar de fechas tan señaladas, ya que era yo muy pequeña cuando en Cuba, la celebración de las navidades desapareció del calendario de fiestas familiares, pero en mi nueva vida entre todas, hubo una que me produjo sorpresa y gran emotividad, ya que en allí nunca existió, La cabalgata de los Reyes Magos. Para mí el día cinco de enero por la noche, el espectáculo de las calles llenas de gente, cómo sólo sucedía Cuba en fecha de carnavales, las carrozas que traían a sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, los pajes, las bandas de música, en definitiva, la magia de ese momento, la alegría de los niños y su “lucha” por hacerse con los caramelos que desde las carrozas los Reyes Magos iban tirando a su paso, fue una vivencia nueva, máxime disfrutarla con mi primera nieta. Puedo asegurar y hasta jurar que esta fiesta es lo que más impactó el comienzo de mi nueva vida. Eran los años en que los países de Europa intentaban influir en Cuba y propiciar cambios en su sociedad y en medio de ese idilio,  la embajada de España en La Habana, no tuvo mejor idea que importar la tradición a las calles de nuestra capital y llevar a los niños cubanos la magia de los reyes magos; pero las autoridades de la isla o bien por desconocimiento, o bien porque la apertura del pueblo a la influencia del exterior “puede ser peligrosa” se sublevaron contra tal iniciativa, llegando al extremo de acusar a la embajada española de pretender humillar” a nuestros niños lanzándole caramelos al suelo para que los recogiesen.
Lamentablemente para nuestra gente nada ha cambiado, la aceptación que tuvo la visita de Obama a La Habana, por parte de nuestro pueblo, ha vuelto a despertar miedos, lo que para Cuba debió ser motivo de satisfacción, como un paso para la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, se ha tomado como un intento de su presidente de “penetrar al pueblo de Cuba”, por mi educación y por mis convicciones, todo cuanto sea Made in USA, me pone a la defensiva, pero si soy objetiva he de reconocer que el carisma y la simpatía de Barack Obama son parte de su personalidad y para con Cuba ha demostrado tener muy  buenas intenciones, incluso enfrentándose a los más rancio del anticastrismo latente en los Estados Unidos, por eso cuando me vi frente al Twist que encabeza esta publicación no pude menos que desconcertarme, es incomprensible que los cubanos teman al carisma de Obama y lo griten al mundo acompañando su protesta con la imagen de un fotocool, en el que una de las grandes cadenas hoteleras europea que opera en Cuba realiza una rueda de prensa.
Sería mucho más provechoso para los cubanos desconfiar de los contratos que el gobierno espera ansioso con “grandes inversores extranjeros”, sean o no norteamericanos, sin antes poner la economía del país en manos del pueblo en forma de pequeñas y medianas empresas, no sea que un día se despierten con un país que dependa económicamente de capital extranjero, mientras su gente, continúa dejándose la piel y hasta la moral en busca del pan de cada día.


miércoles, 30 de marzo de 2016

El silencio de los corderos


En el mundo de hoy, gracias a las nuevas tecnologías, cualquier creador puede pasar del anonimato, a verse convertido en un fenómeno viral, sobre todo el en campo de la comunicación audiovisual y con mayores posibilidades si el tema de su publicación es actualidad, gracias a internet, nombres que hace algunos años hubieran tenido grandes dificultades para hacerse un hueco en el mundo de las comunicaciones, teniendo frente a sí obstáculos geográficos, burocráticos o la cuota de poder de medios de comunicación consolidados históricamente, hoy tienen la posibilidad de competir en igualdad de condiciones, así nadie se cuestiona por qué, la foto del niño sirio Aylan, ahogado frente a las costas de Turquía, se convirtió en símbolo de la tragedia de los refugiados que buscan amparo a las puertas de Europa, lo que sí es difícil comprender son,  las motivaciones por las que el autor de la imagen o vídeo de mayor relevancia en un momento determinado, incluso de importancia histórica, evada firmar dicho trabajo, porque aunque todo creador en principio se dedica a ello por vocación y con amor, cuando su obra recibe el crédito internacional, difícilmente no se rinda ante la perspectiva de un reconocimiento que enriquecerá su trayectoria artística.
Durante 57 años en Cuba, hemos crecido tres generaciones acostumbrados a mantenernos dentro de las normas y leyes establecidas por el gobierno, pero sobre todo a callar, de este modo, hasta la más insignificante expresión de contradicción con las autoridades, el cubano antes de abrir la boca mira a su alrededor. Hoy, algunos representantes de las nuevas generaciones de cubanos, poco a poco y después de los cambios hechos por Raúl Castro se han atrevido a hablar cuestionando el funcionamiento de algunas instituciones, pero pocos ejemplos encontramos, el callar, el  no cuestionar, el evitar hacerse visible como alguien que piensa distinto, a veces se nos antoja como algo incorporado en nuestro ADN, porque los cubanos no sólo callamos dentro de la isla, incluso fuera, nos cuesta expresar nuestras posiciones respecto a su política, este post será la entrada número 39 en esta publicación y en ninguna de estas ha habido una sola crítica a mis palabras, ni a favor, ni en contra, me niego a creer que entre los miles de lectores que han pasado por sus páginas no haya quienes estén en desacuerdo ya sea de forma total o parcial con mis opiniones o perspectivas de futuro y cómo soy optimista, tampoco creo que no haya quienes no aprueben aunque sea una de estas; pero no, el cubano “no se moja”, el temor al precio que puedan tener sus palabras es muy superior al impulso para defender sus ideas.

Por estas mismas razones, el fotógrafo cubano que consiguió
la instantánea que más se ha visionado en las redes, sobre la llegada de Barack Obama a la isla, no quiso firmar dicha foto y mantener su anonimato, no porque estuviera haciendo nada ilegal, hacía su trabajo, pero su condición de fotógrafo del diario oficial cubano Granma (aunque económicamente no cubra sus necesidades) y por otro lado (aunque no esté regulado oficialmente en Cuba), el no ofrecer información a otras agencias internacionales de prensa, pudieron motivar tal actuación,  pero la actualidad pudo más, el empuje, el movimiento que caracterizan la información en el mundo de hoy, condujeron a Yander Zamora a mostrarnos el rostro del fotógrafo cubano, que supo concentrar el significado del domingo 21 de mayo de 2016 en una imagen.

domingo, 27 de marzo de 2016

Cuba y el “Diversionismo ideológico”

http://www.lulu.com/shop/martha-elva-marrero/cuba-a%C3%BAn-t%C3%BA-puedes/ebook/product-22556596.html



Recordando esta frase tomo conciencia y veo que después de tantos años fuera de Cuba me resulta caduca, entonces me pregunto si para la gente que ha permanecido viviendo allí aún es actual, y sigue formando parte del lenguaje político y académico, e incluso que no pocos la “sufran”, creo que mis pensamientos han estado bajo la influencia de la visita del presidente americano primero y el concierto de los Rolling Stones después, porque junto a esta, no cesan las evocaciones a mi época de estudiante en la Escuela en el Campo (que no al campo), en plena adolescencia y en la que una compañera del mismo curso tenía una radio a pilas, aquellas radios soviéticas en las que podíamos escuchar emisoras en FM y que generosamente Rosa compartía con el resto, recuerdo que mientras  en la noche todos se reunían en las áreas recreativas, las más allegadas a Rosa, nos turnábamos para escuchar música en inglés a escondidas, resguardadas en nuestras literas por los mosquiteros, con la radio pegada al oído y entre pitidos e interferencias, “disfrutar” de lo que buenamente llamábamos música, aquello que alcanzábamos a escuchar rock, blues, jazz, hasta que la profesora de guardia en su ronda, se acercaba y apagábamos la radio a toda velocidad, porque en el caso de ser sorprendidas, se nos acusaba de diversionismo ideológico, lo que implicaba castigos que podían ir desde una amonestación o un castigo, hasta  incluso la expulsión de la escuela en caso de ser reincidente, aunque la gravedad de la sanción solía ser directamente proporcional al nivel de ignorancia de quien nos sorprendiera.
Me cuesta pensar, que después de más de cuarenta años, en Cuba se use la misma terminología y más aún que actualmente se sigan categorizando a los cubanos en función de su nivel de compromiso con la “Revolución”, aunque soy consciente que pensar lo contrario, es sólo fruto de la distancia física y mental y de la posibilidad que nos da esa distancia para ver la vida desde una óptica evolutiva, tan es así, que no me resulta nada fácil entender las motivaciones del gobierno cubano para no trabajar sobre lo corrompido, porque esto difícilmente sea invisible para ellos y deben ser conscientes que de aquella Revolución que llegó a las calles de Cuba el 1º de enero de 1959 y de la posterior República Socialista de Cuba proclamada el 16 de abril de 1961, poco queda en el ideario colectivo de los cubanos, cómo atrás han ido quedando los sueños de todo un pueblo por una “vida mejor, en un mundo mejor”, si ello depende de mantener el “socialismo”.
En el siglo XX, en el mundo se produjeron cambios que han llevado a las clases trabajadoras a conseguir avances y han permitido elevar el nivel de justicia social en muchos de los países del mundo, incluidos los latinoamericanos, el capitalismo en sí mismo ha ido evolucionando, el mundo capitalista sabe que sólo con una clase obrera satisfecha el mundo avanza, y aunque intenten exprimir al máximo, saben que los obreros tienen en sus manos  la economía mundial y mientras en el mundo los trabajadores y los pueblos han ido ganando derechos, en Cuba los han ido perdiendo.

Lo más urgente para nuestra tierra, es que sus gobernantes tomen conciencia de que el único camino para su subsistencia es adaptarse a los nuevos tiempos aprendiendo de sus propios errores, no se trata de borrar 57 años de sacrificio de todo un pueblo, se trata de poner en marcha su economía garantizando la estabilidad, reconstruyendo no sólo cuantos destrozos físicos han producido estos años, sino los morales, los éticos, incluso las raíces más autóctonas perdidas ya por más de una generación, basta preguntarle a un cubano de 45 años hacia abajo cuáles son los platos típicos de su región y veremos cómo todo queda reducido al arroz congris, los tostones, la ropa vieja y algunos platos más que a diez no llegan y que no son ni de Baracoa, ni de Pinar del Río, simplemente de Cuba. Y para reconstruir todo esto, igual que se ha reconocido que hablar con un presidente Norteamericano o asistir a un concierto de una banda de rock, no es motivo para estigmatizar la ideología de un pueblo, permitir que el cubano trabaje y si es capaz de hacerlo por su cuenta (mejor), tampoco es motivo para que ese hombre o mujer transforme su ideología, que el cubano opine y participe en el destino de su pueblo, que pueda elegir entre los que considere más capacitados y justos para bajo su guía avanzar cómo país y muchas otras libertades de las que hoy disfrutan la mayoría de los países del mundo, no tiene por qué debilitar la unidad de nuestra gente, la fortalecería en torno al concepto de nación y al amor patrio. Hoy, el concepto “diversionismo ideológico” tal y como lo definió Raúl Castro en el año 1972 no responde a la realidad cubana, porque la totalidad del pueblo cubano no es socialista, ni incluso, muchos que militan en el Partido Comunista, más cómo una vía de tapar sus vergüenzas que por convicción, borrar conceptos envejecidos y obsoletos son el mejor camino para que todo nuestro pueblo, a pesar de su diversidad, pueda avanzar y encontrar el camino de la recuperación.

viernes, 25 de marzo de 2016

¿Por qué no hay presos políticos en Cuba?


Corrían los años 60 y mis pensamientos eran infantiles, por lo que no sabía discernir entre ciertas cosas que sucedían en mi entorno, mi abuela paterna andaba muy nerviosa porque mi primo había desparecido, después de unos días sin tener noticias, no sé cómo se supo que estaba detenido ¿Qué había hecho mi primo tan bueno y cariñoso? Me preguntaba y a cuantos tenía a mi lado, hasta que un día me explicaron que había intentado marcharse ilegalmente de Cuba,  por lo que lo  habían encarcelado, más tarde vino el juicio, como siempre andaba rondando por allí escuché que le habían condenado (no recuerdo a cuantos años) y que a partir de ese momento era un preso político, aunque mis seis o siete años no me permitían entender el significado de aquellas palabras,  tuve mucho tiempo para aprenderlo, porque mi primo resultó ser un hombre rebelde que no desaprovechaba oportunidad para arremeter contra el gobierno y gritar a los cuatro vientos, que prefería mil veces estar en Estados Unidos esclavo de los yanquis, que vivir aquella dictadura.
Aunque muchas veces acompañé a mi tía a la cárcel, de lo que a menudo recuerdo cuando nos sentábamos en un gran salón, con unas mesas largas llenas de gente, a la espera de escuchar su nombre Eliseo Juliá y verle aparecer por una ancha puerta, después que abrieran una reja, con su enorme sonrisa y los brazos abiertos para cubrirnos de abrazos y de besos, yo iba creciendo y de cada vez me sentía más identificada con la sociedad en que vivía y en la misma medida iba adquiriendo un mayor  nivel de compromiso con la Revolución, cosa que por otro lado, él no  cesaba de echarme en cara en cada uno de nuestros encuentros. Cuando me hice mayor y dejé mi pequeño pueblo, para irme a estudiar a la capital de la provincia, siendo ya toda una joven, mi primo aún estaba en la cárcel, yo por ese entonces ya no iba a verle y militaba en la Unión de Jóvenes Comunistas, creía en el Socialismo, cómo único camino de acabar con las injusticias en el mundo y de hacerlo mejor, por lo que estaba segura de que nuestro país estaba en la ruta correcta y achacaba que este llevara más de quince años encarcelado a una mala conducta de su parte. Cuando en el año 1980 se produjeron los hechos que propiciaron la salida de los presos políticos de Cuba, mi primo formó parte del grupo que partió rumbo a Estados Unidos, nunca más he sabido de él, a pesar de que era casi un hermano para mí, al poco tiempo recibí una carta suya a la que respondí, pero no hubo ninguna más. Fueron muchos años intentándonos convencer mutuamente de estar equivocados, con respeto y con cariño de verdad, pero con posiciones políticas muy distantes, nunca entendí como un chico, hijo de un carbonero, sin estudios y sin un pasado político pudo convertirse en lo que entonces llamaba un contrarrevolucionario, sólo y únicamente porque un día decidió con un grupo de amigos subirse a una balsa para buscar un futuro diferente, hoy entiendo que la cárcel, el encierro y vaya usted a saber qué cosas vividas en ese ambiente influyeron en sus motivaciones.
Han pasados 36 años de su partida muy a menudo pienso en alguien, con quien  además de tener lazos filiales y un inmenso cariño muchas veces contradije e intenté convencerlo de su error y que  de haberse quedado en Cuba, e intentar su “aventura” unos años después, jamás hubiera sido considerado un preso político, porque el gobierno de la isla hizo cambios en la Constitución y el Código Penal, es decir, que lo que en los años 60 era un delito contra la seguridad del estado se convirtió en un delito común. Hoy en Cuba hay vigente un Código Penal tan estricto y pensado para enjuiciar todo aquello que represente una manifestación de oposición o descontento con el estado y sus órganos de control como un delito común, por lo que difícilmente se podrá encontrar en el país un solo preso político, porque entre los tantos que hayan resultado enjuiciados por manifestarse, expresar su contradicción con el gobierno o enfrentarse a la policía, encontraremos presos condenados por desacato a la autoridad, desorden o escándalo en la vía pública, antisociales o cualquier otra figura jurídica creada y pensada para burlar la convención de los derechos humanos y cuantas  organizaciones internacionales les hagan reclamaciones al respecto, lo que una vez más demuestra la in-conexión del Estado Cubano con la realidad, porque semejantes formas, al único camino que realmente le conducen es al desprestigio.


No es serio este cementerio (J.M.Cano)



Colgado del cielo
por doce cipreses        
doce apóstoles de verde
velan doce meses
a la tapia en ruinas
que lo delimita
le han quitado algunas piedras
para hacer la ermita
tiene mi cementerio una fosa común
donde estamos los héroes de cuba
los domingos los negros no dejan dormir
pues les da por cantar misa luba
Estribillo
Y los muertos aquí lo pasamos muy bien
entre flores de colores
y los viernes y tal
si en la fosa no hay plan
nos vestimos y salimos
Para dar una vuelta
sin pasar de la puerta eso si
que los muertos aquí
es donde tienen que estar
y el cielo por mi
se puede esperar
Este cementerio
no es cualquiera cosa
pues las lapidas del fondo
son de mármol rosa
y aunque hay buenas tumbas
están mejor los nichos
porque cuestan más baratos
y no hay casi bichos
El panteón familiar
de los duques medina y luengo
que, aunque el juicio final
nos trate por igual
aquí hay gente de rancio abolengo

Seguramente cómo leí en una ocasión, cuando José María cano escribió esta canción lo hizo con la intención de abordar de una forma tragicómica lo efímero de la vida terrenal y sus banalidades. Llegó a mi vida de forma tardía, en la Cuba de los 80, casi nunca la música que nos llegaba desde fuera de nuestras fronteras era el último hit, por lo que este tema llegó a mi vida a principios del 94, es decir casi diez años después de salir el disco de Mecano, desde el primer momento en que lo escuché no pude evitar asociar su letra  con la realidad de Cuba y es que, o yo tengo mucha imaginación, o no hay una metáfora más acertada para describir la realidad cubana, desde los 12 combatientes que quedaron reunidos después del desembarco del Granma,vestidos de verde por supuesto, pasando por el encierro de los cubanos en las imaginarias fronteras de una isla cayéndose a pedazos, pero eso sí, con buen humor, aunque de allí no se pudiera sacar la nariz, hasta llegar a las lápidas de mármol rosa,  sugerentes (al menos para mí) de las buenas intenciones que innegablemente condujeron a la Revolución, para terminar con las evidentes diferencias que, de algún modo, siempre ha habido en Cuba entre la vida de los dirigentes y la del pueblo. Tal vez José María Cano no se tomaría a broma mi interpretación tan personal, incluso le molestaría e imagino que mucho menos el Comandante en Jefe, aunque gracias al él ahora escribo esta entrada.
Entre mis lecturas de la mañana encontré un blog en el que se analizaba el artículo escrito por el respetable Gabriel García Márquez, El Fidel Castro que yo conozco, que desde luego no me dejó indiferente, sobre todo dos párrafos en los que relata:

“…José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguíneo de una revolución marxista. La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos…”
“…Una cosa se sabe con seguridad: esté donde esté, como esté y con quien esté, Fidel Castro está allí para ganar. Su actitud ante la derrota, aun en los actos mínimos de la vida cotidiana, parece obedecer a una lógica privada: ni siquiera la admite, y no tiene un minuto de sosiego mientras no logra invertir los términos y convertirla en victoria. Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa. No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada. Y en especial si tiene que enfrentarse a la adversidad. Nunca como entonces parece de mejor talante, de mejor humor. Alguien que cree conocerlo bien le dijo: Las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante…”

Leer tales afirmaciones acerca de Fidel Castro, de inmediato condujeron mis pensamientos a la canción de Mecano y aunque García Márquez estaba abducido (como casi todos) por la inteligencia de Fidel, creo que justamente uno de los mayores errores de Fidel ha sido ejercer el control de las masas y a través de estas de los individuos, porque la forma en que la sociedad cubana está estructurada, si una cosa facilita, dada la cantidad de organizaciones creadas Comité de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Central de Trabajadores de Cuba, Federación de Estudiantes de la Enseñanza Medias y cientos de ejemplos más que se pueden nombrar, han servido durante años como medio de control sobre los habitantes de Cuba, desde la puerta de su casa, hasta en su actividad diaria y ¿por qué pienso que es su mayor error? Es muy sencillo todo ese control en lugar de evitar “desviaciones” en el seno de la sociedad no han sido más que un medio de distracción de la atención mientras el pueblo fue perdiendo terreno en sus libertades en la misma medida que perdía valores.
En cuanto a su afán de victoria y su obsesión para conseguir sus objetivos esto es indudable, gracias a esa obsesión, no rectificó a tiempo en modelo de país que estaba “construyendo”, ni aun cuando el efecto dominó condujo uno a uno a los países Socialistas europeos a la caída del sistema, Fidel Castro fue capaz de rectificar ni un milímetro y continuo en sus trece. Ni por un momento dudo de las intenciones con las que este hombre inició la lucha contra la tenaz dictadura de Batista, pero hubo uno en el camino, en el que su brillante inteligencia perdió el Norte y se apagó su luz oscureciendo la de todo un pueblo.



miércoles, 23 de marzo de 2016

¿Y qué queremos para cuba? II



Ayer hablaba sobre las cosas que quiero para Cuba y que al mismo tiempo considero imprescindibles para que se pueda producir una transición entre lo que hoy es y aquello a lo que muchos aspiramos llegar, en uno de los mensajes intercambiados en una red social a mi pregunta ¿y tú qué quieres para Cuba? Obtuve la siguiente respuesta:
“Para Cuba quiero un país con bajos impuestos, no más del 20%, impuesto aduanales de no más del 3% para cualquier producto, estado pequeño y eficiente, empresas en manos en privados, libre entrada y salida con el carnet de identidad, educación privada y solo pública hasta el 9no grado con financiamiento o becas para quien lo gana.” (Copiado y pegado sin editar)
Dicho así muchos firmarían en este mismo instante ¿pero podemos pensar que un país económicamente en ruinas puede transformar su funcionamiento de una manera tan simple? Partir de estas premisas es tan utópico como la “construcción del Comunismo”, para que un pueblo que vive de espaldas al mundo, incorpore una nueva forma de vida con normalidad necesita preparación. En cuba, la gente no tiene trabajo y si lo tienen (pocos), los salarios no les permiten vivir con las necesidades básicas cubiertas, ni se me ocurre de antemano cuantificar los impuestos, porque creo que estos (no soy economista) deben fijarse en función de las personas y empresas en posición de poderlos pagar, por ello lo primero que quiero es que en Cuba se creen las condiciones económicas que permitan recaudar impuestos, para ello es fundamental que los cubanos puedan tener ingresos y para esto  es necesario que puedan tener empresas, que por una parte crearán empleos y por otra riqueza, porque cuando una empresa paga sus impuestos,  ese dinero va a las arcas del estado y crea las bases para que este pueda financiar las necesidades de la sociedad y el país que estén bajo su competencia. Y la condición “socialista” de Cuba no es pretexto, tal y cómo está el país y la situación financiera de las familias, el gobierno que acumula tantas empresas improductivas, puede ponerlas en manos de quienes según él son sus verdaderos dueños, los cubanos y que la gestionen en régimen de cooperativas, lo que no estaría reñido ni con que los que tengan recursos puedan montar la suya por separado, ni con la negociación con grandes inversores extranjeros, esto lo único que haría sería garantizar que los cubanos que hoy no tienen nada puedan participar en el proceso de aceleración y desarrollo de la economía.

Por otra parte, es de vital importancia que en Cuba se produzcan cambios, pero de ningún modo que esos cambios arrebaten al pueblo lo poco de justicia social que por intereses del gobierno han permanecido inalterables, por tanto, para mí, La Sanidad y la Educación con carácter universal son innegociables, el mantener estas coberturas de seguridad social es demostrar a nuestro pueblo que el objetivo es avanzar, abrirse a nuevas perspectivas y no retroceder, porque ese 70% de cubanos que no ha conocido otra cosa y que económicamente no está preparado para asumir otras formas de percibir estos beneficios, imponerle una “democracia” al estilo de otros países latinoamericanos o de los mismos Estados Unidos, en los que si  te enfermas y tienes con que pagar te curas y si no ya Dios dirá, sería además de injusto, una forma de retroceso, creo que producir cambios en Cuba ha de ser sinónimo de mejorar la vida del pueblo y no de arrebatar los pocos logros que han conservado. Aclaro que no estoy en contra de que la Educación y la Salud se extiendan al sector privado, para quienes puedan y quieran pagarla, porque en definitiva esto también serían impuestos y desde luego progreso.
Cuba es un territorio “virgen” en lo que respecta a ordenamiento político y social, porque las viejas estructuras “socialistas” le han conducido a un callejón sin salida, lo cubanos necesitan experimentar las sensación de libertad y para ello una de las premisas básicas es la Libertad de Expresión, tres palabras que encierran un mundo de posibilidades que los cubanos desconocen, incluso los que vivimos fuera, durante años nos hemos autocensurado, amordazado y aún hoy es evidente la poca participación de los cubanos en el debate, da igual en qué lugar de la discusión se posicionen, lo importante es que haya debate, es evidente que esto costará, pero cuando el cubano experimente la sensación de decir lo que piensa con la certeza de que sus palabras servirán para construir y se sienta respetado por ello, el gobierno tendrá  garantías de progreso, de ser posible esto en Cuba, en la actualidad seguramente la corrupción no sería uno de los principales problemas del funcionamiento económico y social en el país.
Y para terminar, en nuestro país es indispensable que los Poderes del Estado funcionen por separado, salir del absolutismo es una de las premisas más importantes para conseguir una senda de progreso, para que se respete la dignidad de la gente, para que el político solo sea eso y el militar no pueda inmiscuirse en política, es indispensable para que lo cubanos tengan derecho a juicios justos y con garantías, en definitiva para avanzar, y nos toca a los cubanos, cuando se hable de democracia, mirar hacia el lado que esté más cercano a la libertad, pero basado en el respeto y la justicia social, porque si de verdad queremos que nuestro país salga de la ruta del retroceso seamos egoístas e intentemos buscar el mejor camino para alcanzar nuevas metas sin renunciar a lo ya conseguido. Rentabilicemos la mayor ventaja que nos ofrece el estado actual, poder decidir y elegir el mejor camino. Para mi tierra quiero muchas otras cosas, pero de esas ya iremos hablando.