En el Post
anterior hablaba de la “desconexión” de los cubanos con el mundo, cómo causa de
conceptos rígidos y envejecidos que provoca su falta de objetividad al evaluar
determinados hechos, de ello somos testigo, muy a menudo, los que navegamos y
compartimos en las redes, por ello Yosuam
Palacios y Lisett González, sin
proponérselo (seguramente), en las “entrevistas” que todos vimos en Facebook
opinando sobre el Discurso de Barack Obama fueron un claro reflejo de ello. No
sólo porque, aunque con diferentes palabras el discurso haya sido el mismo, con
la habitual carga de reproches y justificaciones respecto a las razones de unos
y otros, sino porque su vocabulario, su imagen, esa apariencia de “jóvenes
ancianos” no concuerdan ni con sus edades, ni con el entorno, ni con el resto
de la sociedad cubana, simplemente el conjunto, en ambos casos, daba la
sensación de dos aspirantes a actores en un casting para la representación de
un monólogo, que por otra parte, los cubanos llevamos escuchando por más de
medio siglo y justo su falta de credibilidad, propició el interés y la
crítica en las redes sociales, del que fueron objeto ambos.
En días atrás,
escribí una entrada dedicada a Yander
Zamora, el joven reportero gráfico cubano que tomó la foto más viral de la
llegada del avión de Obama a La Habana, precisamente el hecho de que su foto
fuera la más visionada, empujó al mismo a firmar su autoría, cuando en principio
se negaba a ello, en dicha publicación me referí a la facilidad con que una
foto o vídeo, en dependencia del interés que suscite su contenido, se convierte
en viral; pero para mi sorpresa, hoy en el Blog ISLA MIA, perteneciente a la
periodista cubana Norelys Morales Aguilera, bajo el título:
Miami
intolerante, viralización inducida y lapidación mediática. (al margen
del nuevo vocablo) publica un vídeo en el que se evidencia su desconocimiento
de cómo se producen los movimientos en las redes sociales, negando la
realidad, ambos vídeos se hicieron
virales por su contenido, al mismo tiempo que asegura y argumenta la “manipulación” desde Miami para hacerlos
virales.
Es evidente
que en nuestro país, ni incluso entre los profesionales de la información, están
acostumbrados a la libertad e inmediatez del mundo virtual, en el que nadie
comparte nada por obligación, dice algo por quedar bien o contentar a alguien u
oculta contenido porque haya recibido una orden, en este mundo en que todo va a una
velocidad de vértigo y en el que muchas veces, las noticias se nos escapan por
su rapidez, las decisiones suelen ser inmediatas y personales, no creo que nadie intencionadamente, pueda generar un fenómeno viral, es más,
tampoco creo que nadie disponga de los recursos técnicos necesarios para ello,
sobre todo, porque quienes los tienen, están enfrascados en cosas de mayor
relevancia e importancia que ridiculizar a quienes por si mismos ya lo han
conseguido. Aunque, ¡cuidado! Puede que en Cuba (e incluso fuera), haya
cientos, miles de agentes de la Seguridad del Estado frente a un ordenador,
buscando a la desesperada en las redes todo lo que se refiera a Cuba y una vez
conseguido, encontrar los atajos necesarios para atacar todo lo que represente “un
peligro”.
Sé que hay en
estas afirmaciones “un toque de locura”, pero si existe en el mundo, un lugar,
donde constantemente se intenta distorsionar la realidad, lamentablemente se
llama Cuba.
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