domingo, 6 de marzo de 2016

"Cuba, territorio libre de América"

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Con este eslogan viví, crecí y creí en la libertad, en la independencia, en un futuro mejor para mi gente, los de la sangre y los de la vida, creí que el ideario Martiano un día se haría realidad y que cuando el 26 de noviembre de 1891 en un discurso pronunciado en Tampa Martí dijo “… yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de todos los cubanos a la dignidad plena del hombre…”, había sentado las pautas de futuro, me contaron que la revolución estaba inspirada en el programa del Apóstol para el Partido Revolucionario cubano; pero lamentablemente estas aspiraciones nunca han llegado a materializarse.
Nuestra isla ha vivido a lo largo de su historia la nada envidiable cualidad de nunca haber sido libre, en el año 1898, cuando las tropas Mambisas tenían ganada la guerra contra España se produjo la primera intervención Norteamericana, ocupación militar que se prolongó hasta el año 1902, aunque en realidad y gracias a la inclusión en nuestra primera Constitución de la Enmienda Platt el dominio abierto o encubierto por parte de las administraciones estadounidenses se prolongó a lo largo del tiempo, tan es así, que ante la grandes inversiones de los americanos en la isla, un sector de los cubanos que aún estaban alerta amenazaban con la insurrección y en 1906 el primer presidente de la República de Cuba Tomás Estrada Palma solicitó una nueva intervención que se extendió hasta el año 1909. A Estrada Palma le sucedieron otros presidentes con idénticas políticas, entre estos dos granes dictadores Gerardo Machado y Fulgencio Batista, por ello, un pueblo que nunca se había sentido libre desde que la revolución comenzó a gestarse la apoyó mayoritariamente, un pueblo para el que su común denominador era la pobreza dado el gran desbalance social, donde los niveles de analfabetismo eran grandísimos, llegando a alcanzar en las zonas rurales el 47,1 %, problemas con las viviendas, la salud, la falta de electricidad, de carreteras, un pueblo que vivía así era un pueblo revolucionario, por lo que  ese pueblo se volcó a favor de un sistema que le ofrecía erradicar estos males y otros como La corrupción política administrativa y la represión a la que en ese período Batista sometía al pueblo de Cuba.
Los cubanos de mi generación nos creíamos libres, pero con la madurez las cosas se ven de otro modo y en mi caso pronto comprendí que la política americana y los propios cubanos pertenecientes a la clase poderosa que a al triunfo de la revolución se refugiaron en Estados Unidos, con su política hacia la isla,  echaron a Fidel Castro en brazos de la URSS, un pastelito nada despreciable para los gobernantes del Kremlin quienes vieron en ese trozo de nuestro corazones, una llave para llevar la guerra fría a América y ocupar en su geografía una posición estratégica, es decir, una vez más Cuba no era libre, ya se encargaron los soviéticos y el boque socialista en general de subsidiar la economía de la isla, lo que la condujo a un aparente desarrollo, incluso en el terreno industrial, que con la caída del campo socialista supuso para nuestro país un estancamiento que aún hoy arrastra nuestra maltrecha economía. Y si alguien tiene dudas acerca de la falta de libertad de Cuba en sus relaciones con la Rusia socialista basta mirar atrás, es decir, al momento de mayor tensión entre los dos grandes bloques, el capitalista y el socialista, me refiero a la conocida en el mundo como “Crisis de los misiles” y que a nosotros nos enseñaron con el nombre “Crisis de octubre”, suceso que se solucionó con los acuerdos alcanzados entre los gobiernos de USA y la URSS ignorando el posicionamiento del gobierno cubano.
Por todo esto creo que a nuestra tierra, a nuestra adorada isla ya le toca construirse un futuro y convertirse por primera vez en su historia en un País libre, de viejas políticas, de prejuicios, de vicios, de lacras sociales, de cuanto se ha querido liberar desde hace más de un siglo, cuando los primeros cubanos se lanzaron a la manigua, pero una libertad a la que se ha de llegar (desde mi modesta opinión) sin violencia, sin vencedores ni vencidos, tan sólo que se haga realidad el sueño de todos los cubanos           “ que la ley primera de nuestra república sea el culto de todos los cubanos a la dignidad plena del hombre”.

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