domingo, 6 de marzo de 2016

¿Existe la corrupción en Cuba?


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Últimamente he tenido la oportunidad de leer numerosas publicaciones de cubanos que en algún sentido denuncian la corrupción existente en países democráticos por parte de la clase política. Para un extranjero definir el grado de corrupción que pueda o no haber en la clase política cubana puede ser complicado, para el cubano de cada día, en que vive en la isla y sufre las escaseces y privaciones no.
Todos sabemos que en la corrupción puede encontrar sitio en cualquier sociedad, sobre todo cuando una determinada organización política permanece ocupando cargos  susceptibles de sustracción de bienes durante un largo periodo de tiempo, si en un municipio, provincia e incluso país, un partido político mantiene un gobierno que se extiende en el tiempo, en ese mismo acto de gobernar durante años, su miembros asentados en cargos públicos encuentran las puertas para saquear bienes sociales y apropiarse de recursos que el pueblo les ha encargado gestionar. ¿Y qué pasa en Cuba donde a lo largo del tiempo ha habido un único gestor de lo que en teoría es de todos?
En Cuba pasa lo que todos,  dentro de la isla y los que salimos en los últimos años sabemos, pongamos como premisa, que el salario de cualquier ciudadano no le es suficiente para satisfacer las necesidades de su familia, en los tiempos de "bonanza", tiempos en los que el bloque socialista de algún modo financiaba muchas ramas de la economía cubana, en ese periodo con más o menos sacrificios la población de la isla tenía una vida de algún modo satisfactoria, en los supermercados de venta libre "mercado paralelo", los cubanos podían adquirir alimentos, productos de higiene personal y cosmética, ropas y muchos otros a precios más elevados que los que recibía  por las libretas que regulaban los productos básicos, pero que unas mas y otras  menos  permitía a las familias  una vida sin lujos pero dentro de una relativa normalidad, con la caída del campo socialista y la desaparición de la URSS y el CAME, lo que era una vida sin lujos ni sin marcas fue de mal en peor y pasó a ser una vida de 16 horas al día sin luz, semanas sin agua corriente, cocinar con leña o carbón hast en un edificio de apartamentos en el supuesto caso que tuviera que cocinar, falta de productos de aseo personal y limpieza, no sólo desapareció el "mercado paralelo", si no que de los productos que regulaba la libreta de (¿abastecimiento, racionamiento? Depende de que lo diga) dejaron de venderse a la población, si no en su totalidad si en gran parte, fue el tristemente llamado "Periodo especial", sobre todo para mí que especial lo asocio con adjetivos de calificación positiva.
Partiendo de esta necesari premisa podemos adentrarnos en el tema de la corrupción y Cuba. Ya sabemos que los salarios de los cubanos no le son suficientes para vivir, pero ya desde antes de esta situación que hemos descrito antes podemos señalar que desde siempre los altos cargos de las empresas, tanto civiles como militares sustraían de las empresas cuanto necesitaban para llevar una vida, en sus casos, si de lujos y en muchas ocasiones ostentación, pero no quedaba allí, el administrador de la fábrica de cemento entraba en cambalaches con el de la de aceite, el de la de baldosas con el jefe del plan porcino y así entre los grandes jefes de empresas se intercambiaban cuanto necesitaban además de los que cada uno sustraía de los almacenes de abastecimiento para los albergues o comedores de las empresas que gestionaban. En el momento en que el turismo entró en la escena económica de Cuba y llegaron los primeros inversores extranjeros lo que antes era un trapicheo entre jefes de grandes empresas se transformó en un saqueo por parte de las administraciones de las empresas mixtas al capital del invesor que era en definitiva el que sostenía dichas empresas.
No es raro que estos comportamientos comenzaran a manifestarse también en los obreros o jefes de pequeñas empresas, el carnicero  se dedicó a vender  la carne que le robaba a sus clientes, el pintor la pintura que se quedaba después de adulterar con agua la que recibió para pintar una fachada de un edificio de interés social, el constructor los materiales para construir o reparar viviendas, el panadero la harina o pan que sustraía al usar menos materia primas en los panes que elaboraba para la población y así  encadenadamente todo cubano sin un sueldo digno para vivir y en muchos casos sin una oferta que satisfaga las necesidades de la gente se ha convertido en un ser que "vive al margen de la ley". ¿Y a sabiendas de todo esto aún hay cubanos que para defender el gobierno de la isla ataquen la corrupción de otros países? Lo cierto es que estas posiciones me sugieren que mi pueblo ha asumido estos comportamientos como algo natural y común, no sienten que están dañando no sólo la economía, si no la moral de toda una sociedad y no comprenden que en cualquier país donde la corrupción aflora el pueblo está en el derecho de en unas elecciones echar de los círculos de poder a los coruptos, mientras en Cuba no hay corrupción, simplemente la corrupción es el modo de vida de toda la sociedad.



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